https://www.youtube.com/watch?v=vvCilDszOJk
Recomendable la entrevista y muy seria¡¡¡
Libro de visitas
Asunto: Entrevista a Tzvetan Todorov, filósofo y lingüista búlgaro. Imperdible Autor: Ariel D´Onofrio, estudiante del Consudec. Fecha: 23.07.2013
Asunto: La Miseria del Historicismo Autor: Ariel D´Onofrio, estudiante del Consudec. Fecha: 10.07.2013
" Baste aquí con decir que entiendo por historicismo un punto de vista sobre las ciencias sociales que supone que la predicción histórica es el fin principal de éstas, y que supone que este fin es alcanzable por medio del descubrimiento de los ritmos o de los modelos, de las leyes o las tendencias que yacen bajo la evolución de la historia" Karl Popper.
Asunto: Para los interesados en las tradiciones y otros rasgos de la folklorología.... Autor: Cecilia Fecha: 04.06.2013
Para los interesados en las tradiciones y otros rasgos de la folklorología, un pequeño compendio de artículos y libros "on line" que me parecieron interesantes y valiosos:
- Libro sobre Chamamé: https://www.unne.edu.ar/documentos/Material_chamame.pdf
- Tratado sobre Folklore (con foco en Uruguay):https://www.estudioshistoricos.org/libros/raul-iturria.pdf
- Libro sobre la lengua como patrimonio: https://www.folkloretradiciones.com.ar/literatura/temas4.pdf
- Algo sobre danzas tradicionales rioplatenses y el gato en particular: https://www.uruguayeduca.edu.uy/Userfiles/P0001/File/Danzas%20Folklóricas%20%20El%20Gato.pdf
- Panorama folklórico del Prof. Héctor Aricó:https://www.hectorarico.com.ar/pdf/FOLKLO2.pdf
- Panorama histórico-geográfico de las danzas argentinas de esparcimiento (período 1800-1950) - por Héctor Aricó: https://www.hectorarico.com.ar/pdf/PANORA2.pdf
- Investigación musicológica sobre el chamamé:https://ing.unne.edu.ar/imate/jornadasint/pub/t2.pdf
- Diccionario de mitos y leyendas de aborígenes de la Argentina: https://www.folkloretradiciones.com.ar/literatura/Diccio_Mitos_y_Leyendas.pdf
- Folklore musical de adscripción patagónica:https://entremusicas.com/investigacion/files/2008/04/folklore-de-adscripcion-patagonica1.pdf
- Sobre los conceptos y denominaciones de las danzas folklóricas argentinas: https://www.hectorarico.com.ar/pdf/conceptos.pdf
- Sobre gastronomía regional e identidad argentina:https://www.desarrollosocial.gob.ar/Uploads/i1/Ingredientes%20de%20Nuestra%20Identidad.pdf
- Libro “De cepa criolla” de Martiniano Leguizamón:https://www.folkloretradiciones.com.ar/literatura/De%20Cepa%20Criolla.pdf
- Libro “Cuentos” de Fray Mocho: https://www.folkloretradiciones.com.ar/literatura/Cuentos.pdf
- El diseño de la artesanía textil misionera:https://fido.palermo.edu/servicios_dyc/encuentro2007/02_auspicios_publicaciones/actas_diseno/articulos_pdf/A4083.pdf
- Diccionario de argentinismos:https://www.letras.edu.ar/argentinismos.pdf
- Libro sobre la Lengua y el poder:https://www.buenosaires.gob.ar/areas/cultura/cpphc/archivos/libros/temas_11.pdf
- Libro sobre el Carnaval Porteño (entre la fiesta y el espectáculo): https://www.buenosaires.gob.ar/areas/cultura/cpphc/archivos/libros/temas_23.pdf
Asunto: Corrección Autor: Ariel D' Onofrio estudiante del Consudec Fecha: 24.05.2013
Corrijo, es Escuela Panminoica. Gracias
Asunto: Libro recomendado de Sir Arthur Evans, arqueólogo del Mito Autor: Ariel D' Onofrio/ estudiante del Consudec Fecha: 24.05.2013
Recomiendo para el estudiante de Historia, no pueden dejar de leer El Laberinto del Minotauro, el autor es Joseph Alexander MacGilivray, es arqueólogo formado en las universidades de Edimburgo, Oxford y Berkeley, pavada de profesional. Es una biografía y estudio profundo sobre Evans, Knosos, el laberinto y aborda también lo que es la escuela panmonoica. Texto imperdible, el que pueda, lo recomiendo. Saludos
Asunto: Entrevista a Peter Burke Autor: Ariel D´Onofrio, estudiante del Consudec. Fecha: 23.05.2013
En este link, encontrarán una entrevista al gran historiador Peter Burke, es para no perdersela, muy interesante. La página se llama Proyecto Clio, vale la pena echarle una mirada profunda. Saludos
https://clio.rediris.es/entrevistas/peter_burke.htm
Asunto: Biblioteca Clacso Autor: Luz Fecha: 20.05.2013
Estimados: esta es una página que puede tener recursos interesantes https://biblioteca.clacso.edu.ar/
Asunto: El destacadísimo historiador Georg Iggers presenta “Historiografía del s. XX” en la UC Autor: Ariel D´Onofrio, estudiante del Consudec. Fecha: 06.05.2013
Discurso de presentación del 31 de mayo de 2012 en Santiago de Chile, de su libro Historiografía del siglo XX.
Georg G. Iggers
Me complace enormemente tener la oportunidad de estar aquí y presentar mi libro. Estoy muy agradecido con el profesor Jaksic por su excelente traducción y por haber hecho posible esta invitación. También al Instituto de Historia de esta Universidad y al Fondo de Cultura Económica. Como indica el título, el principal tema planteado en el libro es si la objetividad en la investigación histórica es posible. De acuerdo a Peter Novick, la idea y el ideal de la objetividad se encuentra en el centro mismo de la profesión histórica en tanto disciplina académica, como se constituyó en el siglo diecinueve, con su compromiso por “la realidad del pasado y por la verdad como correspondencia con esa realidad” y, como consecuencia, por “la separación de la historia y la ficción” (1988, pp. 3-4). Desde la antigüedad hasta el siglo dieciocho, es decir desde Tucídides hasta Edward Gibbon, no se hacía distinción entre la historia y la retórica. La historia se consideraba como una forma de literatura que sin embargo buscaba dibujar un cuadro verdadero del pasado. La retórica servía para dar credibilidad al recuento histórico y no para reducir la historia a la imaginación. Para citar a Leopold von Ranke, a quien se considera como el fundador de la ciencia moderna de la historia, la tarea del historiador era presentar una perspectiva del pasado “tal como realmente ocurrió” (wie es eigentlich gewesen). Cada vez más, la historia en el siglo diecinueve reemplazó a la filosofía, y por supuesto a la teología, como la guía para entender los asuntos humanos.
Con la profesionalización de los estudios históricos en el proceso de la modernización de la investigación académica, el paradigma rankeano se transformó en la norma de los estudios históricos a nivel mundial. Su identificación como ciencia descansaba en la insistencia de que cada narrativa histórica debía basarse estrictamente en las fuentes. Para ser científica la narrativa debía despojarse de cualquier juicio moral y regirse estrictamente por la evidencia. No obstante, todos los grandes historiadores, incluyendo a Ranke, reconocieron desde un comienzo que la historia, si bien dependía de la evidencia, no podía eximirse de la imaginación para construir una narrativa histórica. Ranke reconoció esto cuando declaró que “la historia se distingue de todas las otras ciencias en que es también un arte”. Por ello resulta impactante que Theodor Mommsen, quien trabajaba muy cercanamente con las fuentes, recibiera el premio Nobel de literatura en 1902, la segunda vez en que éste fue otorgado. Empero, el carácter mismo de la historia como disciplina académica llevaba consigo ciertos supuestos ideológicos que entraban en conflicto con su pretensión de neutralidad valórica. La historia no ha sido jamás un mero recuento de hechos sino una interpretación de esos hechos, la que inevitablemente refleja tanto la subjetividad del historiador como el contexto político e intelectual en que él o ella escriben. Es por eso que una buena parte de la investigación histórica profesional estaba muy comprometida con la creación de una memoria nacional. El enfoque en la nación y el Estado-nación desembocó en una perspectiva que se restringía a la política y a los líderes políticos, reafirmando de esta manera el orden establecido y soslayando a las grandes masas de la población.
Fue en contra de la estrechez del paradigma rankeano que surgió otro enfoque sobre la investigación histórica en Europa occidental, Norteamérica y quizás también en Latinoamérica, que podríamos llamar el paradigma científico social. En el libro se discuten varias orientaciones diferentes, que incluyen la escuela francesa Annales, la Nueva Historia norteamericana, el marxismo y los weberianos alemanes, pero ellas coinciden en dos puntos: primero, en la necesidad de reducir el énfasis en el papel del Estado y de los principales líderes para ocuparse más ampliamente de las estructuras sociales y los procesos de cambio. Segundo, en el giro desde la narrativa hacia el análisis social. A pesar de sus diferencias, ambos paradigmas coincidían en otros dos puntos: 1) que hay una realidad objetiva que puede discernirse a través de la investigación histórica, aun cuando hayan diferencias substantivas a propósito de cómo se conduce tal investigación, y 2) que el curso de la historia posee algún grado de coherencia, de modo que uno puede hablar de la Historia (die Geschichte) con mayúscula incluso si esta coherencia puede entenderse de diferentes maneras.
Son los desafíos a tal historiografía en el último tercio del siglo veinte los que constituyen la parte clave de mi libro. El primer desafío tiene que ver con el supuesto de los historiadores profesionales a propósito de la posibilidad de obtener un conocimiento verdadero del pasado. Uno de los principales representantes, aunque de ninguna manera el único, es Hayden White. Él sostiene con justicia que hay un elemento literario en cada narrativa histórica. Pero él va más allá cuando argumenta que “es una ilusión el que exista un pasado que se encuentra directamente reflejado por los textos” (1987, p. 209). Estoy de acuerdo. Sin embargo, White agrega que cualquier intento por ir más allá de los hechos para construir una narrativa coherente es un “acto poético”, de modo que “la mejor manera de elegir entre una perspectiva histórica u otra es ya sea estética o moralmente antes que epistemológicamente” (1973, p. xii). “Vistos simplemente como artefactos verbales”, apunta White, “las historias y las novelas son indistinguibles las unas de las otras” (1978, p. 122). De igual modo, “la oposición entre el mito y la historia… es tan problemática como insostenible” (1978, p. 83). De ahí que la investigación sea irrelevante porque el “pasado real” no es parte de la historiografía excepto retóricamente. No obstante, la crítica va más allá del mero rechazo del ideal de objetividad al ver este ideal y su idea de ciencia, ya sea en el sentido rankeano o de ciencia social, como parte de un concepto eurocéntrico de la historia que justifica la dominación europea sobre el mundo no-occidental. Para citar nuevamente a Hayden White, “es posible entender la conciencia histórica como un prejuicio específicamente occidental mediante el cual la presunta superioridad de la sociedad industrial moderna puede ser sustantivada retrospectivamente”. Derrida, y desde una perspectiva feminista Joan Scott, condena por lo tanto lo que considera el “logocentrismo” de la tradición filosófica occidental clásica a partir de Sócrates que partía del error de que la realidad podía reducirse a los conceptos racionales, soslayando el que estos conceptos provenían de sistemas de dominación. Tal es también la actitud de Foucault, para quien el lenguaje representa el poder y la dominación. Ashis Nandy llama a deshacerse de la historia completamente y reemplazar el racionalismo secular de la civilización occidental moderna, al que encuentra culpable de las atrocidades del siglo veinte, por culturas antiguas en las cuales los mitos reemplazan a la historia.
En el libro yo argumento que hay en efecto elementos válidos en la crítica mencionada de la objetividad científica y de aspectos importantes de la modernidad, pero no acepto el rechazo radical de la racionalidad que implica esta crítica de la modernidad. Por supuesto, el concepto rankeano de objetividad es demasiado simplista por dos razones relacionadas, una epistemológica y otra política. Hay sin lugar a dudas un pasado real, el pasado de seres humanos que lo han vivido y experimentado, pero es también cierto que entran factores subjetivos e ideológicos en el proceso de reconstruirlo. Hay hechos que pueden ser constatados—incluso White acepta esto—pero, como él mismo dice, cada construcción de una narrativa a partir de estos hechos constituye una interpretación. Hasta aquí estoy de acuerdo. Sin embargo, desde mi perspectiva estas interpretaciones no son necesariamente actos arbitrarios o poéticos, como él sostiene, sino que descansan en la evidencia. En muchos casos no hay acuerdo respecto de lo ocurrido porque la evidencia no es clara y se recurre a interpretaciones que pueden ser diferentes. Pero es frecuentemente posible mostrar que algo no ocurrió puesto que lo contradice la evidencia. Y esto es lo que distingue a la historia del mito y la propaganda. En último término, el historiador serio se guía por una lógica de investigación compartida por la comunidad de los estudiosos. Por lo tanto, el resultado de la investigación no es pura imaginación. Dado que todo conocimiento histórico implica una perspectiva, no es posible que haya un acuerdo absoluto. Más bien, la historia de la historia refleja una multiplicidad de interpretaciones que se complementan mutuamente sin que necesariamente se refuten las unas a las otras. No obstante, la tradición rankeana tendía a tomar sus fuentes muy literalmente, sin reconocer suficientemente el modo en que reflejaban intereses políticos e ideológicos específicos. Además, había frecuentemente una tendencia a privilegiar aquellas fuentes que confirmaban la propia interpretación y así reafirmar una posición ideológica o política. Por ello la selección de las fuentes podía usarse, como de hecho se hacía, para confirmar lo que se esperaba que el historiador probara. Esto es lo que ocurrió en los debates sobre el carácter de la Revolución Francesa, el período de Reconstrucción después de la Guerra Civil norteamericana y el estallido de la Primera Guerra Mundial, para mencionar sólo algunos ejemplos.
Hay también una validez obvia en la crítica que hacen los pensadores posmodernos y poscoloniales del eurocentrismo de casi toda la historiografía occidental en el siglo diecinueve y la primera mitad del veinte. Incluso para un pensador fundamentalmente conservador como Ranke, quien cuestionaba la idea de progreso, el Occidente moderno representaba la única sociedad civilizada e histórica. Varios historiadores de tendencia científico-social trabajaban con una teoría de la modernización que vaticinaba la inevitable aceptación por parte del mundo, de las normas económicas, sociales e intelectuales occidentales en el curso de la historia moderna. Este era también el caso de los pensadores marxistas hasta hace muy poco, aunque ellos creían en el advenimiento de un orden social y económico diferente. Dipesh Chakrabarty señaló correctamente que había rutas alternativas a la modernidad en India o China que descansaban en tradiciones políticas, sociales y religiosas diferentes. Yo estoy de acuerdo con él y también con su colega Indio Sumit Sarkar cuando ambos enfatizan que hay ciertos elementos occidentales, no sólo científicos y tecnológicos, sino también conceptos de derechos humanos enraizados en la Ilustración y la modernidad occidental que tienen validez más allá de Occidente y sin los cuales India no podría haber llegado a crear un Estado moderno, abierto en principio a la emancipación de la mujer y a la superación del sistema de castas, cuyas raíces se encuentran en la Ilustración occidental. Al final de cuentas yo tomo en serio la crítica posmoderna de la historiografía profesional, aunque hasta cierto punto, puesto que mantengo mi compromiso con el diálogo racional y con los derechos humanos.
Tengo la esperanza de que algunos de estos temas se discutan esta tarde. También me gustaría preguntar a todos si mi presentación y mi libro son aplicables no sólo al pensamiento histórico y la historiografía euro-norteamericana sino también a la Latinoamericana. Como explico con franqueza en el epílogo, yo veo la principal limitación de mi libro en su enfoque occidental. En un nuevo libro, A Global History of Modern Historiography, del que soy coautor con un colega de China y otra de India, adoptamos una perspectiva global. Durante mi estadía en Santiago me gustaría discutir la sección sobre historiografía latinoamericana que espero desarrollar con más detalle en la edición en alemán que estamos preparando.
Muchas gracias.
El destacado historiador Georg Iggers presenta “Historiografía del s. XX” en la Universidad Católica de Chile.
Lunes, 04 de Junio de 2012.
Profesor emérito de la universidad estatal de Nueva York y especialista en historiografía europea y norteamericana, reivindicó la objetividad y los juicios éticos en la reconstrucción del pasado durante su visita al Instituto de Historia. Su libro fue presentado por Roberto Breña, Colegio de México, y el profesor de Historia UC Iván Jaksic, quien tradujo su obra al español.
"El concepto de objetividad de Ranke es demasiado simplista: hay sin duda un pasado real, aunque también es cierto que hay factores subjetivos en el proceso de investigación histórica", expresó Georg Iggers durante su visita en el Instituto de Historia UC.
Responder a la crítica postmodernista respecto de la suspensión de todo juicio ético en la labor de reconstruir el pasado, defendiendo la Ilustración, es uno de los principales enfoques del libro “Historiografía del s. XX”, del destacado historiador alemán-estadounidense Georg G. Iggers, el que fue traducido al español por Iván Jaksić, académico del Instituto de Historia UC y director del Programa de la Universidad de Stanford en América Latina.
Como explicó el mismo autor, de visita en el Instituto de Historia, el principal tema de su libro es la siguiente interrogante: ¿existe la objetividad en la investigación histórica? Desde la Antigüedad hasta el siglo XVII no se hacía distinción entre historia y retórica, “la historia se consideraba como una forma de literatura”, expresó. En el siglo XIX, en cambio, “la historia reemplazó a la filosofía y la teología como guía para entender los asuntos humanos”, agregó.
El "paradigma rankeano”, de estudiar la historia como una ciencia en base a la evidencia y dejando de lado cualquier juicio moral, pronto se transformó en la norma. Es entonces cuando esta disciplina entra en conflicto con la pretensión de neutralidad valórica. “Evidentemente en la investigación está presente la subjetividad y el contexto político e intelectual en el que está inserto el historiador”, dijo.
Como este mismo experto confiesa: “Fui en contra de la estrechez del paradigma rankeano”, para luego adscribir al paradigma científico-social que planteaba la necesidad de reducir el énfasis que se hacía en la época respecto del papel del Estado y los líderes políticos, para ocuparse de las estructuras sociales y los cambios; pero también afirmaba que existía una realidad objetiva que puede discernirse a través de la investigación histórica -no es todo subjetividad del historiador- y que existe un cierto grado de coherencia que permite hablar de la historia con mayúscula.
El texto plantea el desafío respecto del supuesto que tienen los historiadores de obtener un conocimiento verdadero del pasado. Algunos críticos dicen que cualquier intento de ir más allá de los hechos para construir una narrativa coherente, es más bien un acto poético; que novela e historia son indistinguibles. “En el libro argumento que hay elementos válidos en la crítica sobre objetividad, pero no acepto rechazar la racionalidad. El concepto de objetividad de Ranke es demasiado simplista: hay sin duda un pasado real, aunque también es cierto que hay factores subjetivos en el proceso de investigación histórica. Pero las interpretaciones descansan en la evidencia más allá de lo poético”, expresó. Esta es precisamente la diferencia entre la historia y el mito, en palabras de Iggers. “El resultado de la investigación no es pura imaginación”, dijo.
Asimismo, el historiador reconoció que una limitación de su libro es centrarse en la historiografía de Europa y América del Norte, dejando de lado otras regiones como América Latina. Por su parte, el académico del Colegio de México Dr. Roberto Breña, subrayó la necesidad de mayor discusión de la historiografía latinoamericana en las facultades de historia del continente. También alabó la brevedad y concisión del texto. “Es una muy buena visión panorámica de la historiografía del siglo XX”, afirmó. Agregó que si bien la parte clave de la obra son los desafíos que ha planteado el posmodernismo a la objetividad, “no es lo único en el libro”.
Finalmente, el profesor Iván Jaksić rescató el profundo humanismo detrás de la figura de Iggers, que se refleja a través de su compromiso con la realidad y su entorno. “Salió en 1938 de Hamburgo, Alemania, para llegar a Estados Unidos, país que estaba muy lejos de ser un paraíso: le tocó vivir las profundas divisiones sociales y el inicio de la Guerra Fría”. Después de doctorarse en la Universidad de Chicago, optó junto a su esposa, llegada de Checoslovaquia, dedicarse a hacer clases en los colegios de afroamericanos en Arkansas y Nueva Orleans. Uno de sus logros fue la desegregación racial de las bibliotecas.
En la época de la Guerra de Vietnam fue consejero de aquellos que se negaban ir al frente de batalla y en la Guerra Fría, promovió el diálogo con los historiadores e intelectuales de detrás de la cortina de hierro. Hoy escribe junto a un historiador chino y otro indio para hacer una historiografía global. “Iggers refleja el compromiso con la racionalidad y su entorno, no hay incompatibilidad entre el historiador y el ciudadano”, concluyó.
Dentro de sus actividades en Chile, además del lanzamiento de la versión en español de su obra, -publicada por el Fondo de Cultura Económica- Georg Iggers se reunió con los estudiantes de postgrado de Historia UC, con quienes discutió los postulados de su libro y sus planteamientos sobre historiografía.
Asunto: Re: El destacadísimo historiador Georg Iggers presenta “Historiografía del s. XX” en la UC Autor: Beatriz Fecha: 07.05.2013
Muchas Gracias Ariel por la riqueza de los aportes y las contribuciones que nos ayudan a reflexionar críticamente.
Asunto: Cartografía. Historia de los mapas antiguos Autor: Ariel D´Onofrio, estudiante del Consudec. Fecha: 02.05.2013
Página dedicada a la Cartografía,¡¡¡ muy interesante¡¡¡
Decía Mercator que los mapas son los ojos de la historia.
https://valdeperrillos.com/books/cartografia-historia-mapas-antiguos.